Hace un mes que la tricoteca estuvo en Fez (Marruecos), una ciudad que desde hace tiempo anhelaba conocer. Pasear por las sinuosas y estrechas calles de su Medina donde todavía se respira el día a día de una ciudad antigua, con sus trabajos manuales de cuero, cerámica, cobre, telas, lanas y hilos. El ambiente es caótico y el tiempo vuela observando el trajín del día a día pasar, saboreando un té a la menta y unas baklavas en la esquina de un minúsculo bar en este caos de la Medina.
Compramos telas, hilos, lanas, mantas para tejer y empecé un nuevo bolso de ganchillo. Una gran y corta escapada que ha servido para inspirar nuevos proyectos.
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