Punto del derecho, punto del revés...

Este verano he aprendido a hacer punto de media, mientras me leía la segunda parte de El Club de los Viernes y escribía parte de la tesis. Aprender a hacer punto te obliga a dejar de pensar en lo que te rodea y concentrarte en que las agujas no te dominen, que los puntos te queden más o menos iguales y que no se te escape ninguno. Te ríes incluso de tí misma y mi madre tiene un paciencia infinita conmigo… ¡Ha sido una buena opción de verano! Al final, después de pillarle el truquillo, el resultado ha sido un pequeño pico. Pero ya estoy pensando en qué será lo siguiente que me ponga a tejer… la verdad es que renovar las pilas en vacaciones hace que ya tenga muchas ideas rondándome por la cabeza, seguro que este invierno (a parte de ir bien abrigada) alguna de las creaciones de La Tricoteca tendrá alguna aplicación de punto…